"Soy Emilia, diplomada en enfermería. Tengo 35 años, estoy
casada y tengo dos hijos.
Quiero compartir una vivencia con vosotros, el principio
de una historia que no es de los otros, ni de ninguna de las personas que
conozco. Os hablaré en primera persona, porque esta realidad me pertenece: es
la mía.
También soy una mujer que hace pocos meses pesaba 120 Kg y mido 175 cm. Esto
me sitúa en una obesidad Tipo II, según el Índice de Masa Corporal (IMC) que
establece la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así que si llegara a ganar
unos pocos kilos más y estuviéramos jugando al juego de la oca, podría avanzar
hasta la casilla del juego que más peso tiene: la de la Obesidad Mórbida o Tipo
III.
Fin del juego, si el premio fuera sumar más kilos.
Habría ganado este ficticio juego de la oca y el falso
premio de aumentar mi peso, porque lo que sigue a esta casilla es muy
arriesgado. Definitivamente, podría resultar una difícil vuelta atrás para
conseguir mis objetivos actuales y reales:
a) incorporar en mi día a día hábitos de ejercicio (no
estoy hablando de ir al gimnasio, sino de trasladarme de un lugar a otro
utilizando más mi cuerpo y no tanto el coche o el transporte público; subir y
bajar escaleras, en lugar de coger casi siempre el ascensor…).
b) establecer una relación nueva, diferente y más
positiva con la comida para el resto de mi vida.
c) llegar a pesar 88 Kg. Me gusta este número, tiene
curvas, como yo.
Muchas veces me he preguntado cómo he podido llegar hasta
aquí. Y la respuesta ahora es: Sí, sí que sé qué actitudes, qué aptitudes, qué
momentos, qué conductas, qué relaciones y qué pasos han permitido que mi
resultado sea llegar a pesar lo que peso.
Ahora he decidido reinventarme y esto significa haber
llegado al convencimiento absoluto de mi incapacidad para realizar un cambio
por mí misma.
He pedido, de nuevo, apoyo y ayuda a mi pareja.
He buscado necesariamente ayuda profesional.
Después de un sondeo en diferentes centros, he hallado en Tu Espacio Psicológico a los profesionales que necesito. Miguel García y Mónica Ruiz son mis psicólogos, mis acompañantes, mis organizadores, mis coachers y mi equipo. Son mi mejor elección porque estoy viendo resultados positivos en mí al orientarme en cómo organizar y planificar mi comida, mi forma de comer y gestionar de otro modo las emociones ligadas a la falsa satisfacción y premio inmediato que buscaba en algunos alimentos.
PARA PODER REINVENTARME, HE TENIDO QUE LLEGAR AL CONVENCIMIENTO DE LA INCAPACIDAD DE REALIZAR UN CAMBIO POR MÍ MISMA.
He intentado muchas veces perder peso o no ganarlo y también he tenido ayuda por parte de mi entorno, pero ahora es cuando me siento parte de un equipo ganador donde nuestro objetivo (el mío y el de los psicólogos) es reaprender a comer, no sólo perder peso o hacer una dieta.
PARA PODER REINVENTARME, HE TENIDO QUE LLEGAR AL CONVENCIMIENTO DE LA INCAPACIDAD DE REALIZAR UN CAMBIO POR MÍ MISMA.
He intentado muchas veces perder peso o no ganarlo y también he tenido ayuda por parte de mi entorno, pero ahora es cuando me siento parte de un equipo ganador donde nuestro objetivo (el mío y el de los psicólogos) es reaprender a comer, no sólo perder peso o hacer una dieta.
Hablando de dietas… yo empecé a ocuparme de mi exceso de
peso a los 10 años, con una doctora. Luego, a los 15 años, hice acupuntura. En
varias ocasiones y en distintos años la dieta del huevo y varias dietas
hipocalóricas. A los 20 años volví a la acupuntura acompañada de dieta
vegetariana. Entre los 30 y 32 años fui al endocrino. A los 33 años a una
nutricionista que también me vendía productos naturales carísimos. Finalmente,
el año pasado, hice la dieta de los puntos. Con todas estas dietas he perdido
peso y luego lo he vuelto a recuperar, junto con unos kilos de más. El efecto
rebote existe, soy el ejemplo viviente.
También quiero compartir y explicaros mi valoración
personal, mi historia para que quién me lea se anime a marcar su objetivo
personal con el peso, a permitirse sentirse mejor y a dejarse acompañar. En Tu EspacioPsicológico me están ayudando de forma distinta, no es saber qué comer (la
tabla de alimentación equilibrada la conocemos perfectamente todas las personas
que hemos querido perder peso) sino cambiar mi relación con la comida para siempre.
Os voy a explicar algunas pinceladas de mi pasado y de mi
presente…
EL PASADO
Lo positivo: A pesar de haber tenido siempre sobrepeso y obesidad he podido desarrollar habilidades sociales, reafirmar mi personalidad y ser asertiva.
Lo negativo:
- He soportado y llorado insultos, complejos, bullying escolar (“eres una gorda”, “bola de cebo”…),
- La cultura familiar potenciaba el comer en exceso (“mejor que sobre”, “acábate todo lo del plato”…),
- Me han acompañado dificultades de relación y apoyo familiar, relaciones destructivas amorosas, dificultades laborales (“qué dirán si soy gorda, seguro me tengo que hacer valer el doble que esa compañera que parece una modelo”…), ansiedad, inseguridades, relación de desconfianza con los otros,
- Ha sido una lucha constante conmigo misma y con mi sensación de soledad.
Lo positivo:
- Utilizo mis habilidades sociales,
- Me gusta relacionarme con otras personas,
- Sigo reafirmando mi personalidad y asertividad.
- Tengo apoyo, amor y cariño de mi pareja. Quiero que mis hijos tengan una adecuada educación alimentaria y no repitan mi
problema.
- También educo a mis hijos en otras cosas:
valores, toma de decisiones, autonomía, estudios…
Lo negativo:
- Voy a intentar ir superando mi sensación de
descontrol.
- Lucha constante conmigo misma.
- Sensación de soledad.
- Inseguridades.
- Me acompaña la disociación, la separación
de mi persona en dos: la positiva y la negativa
- ¿Cómo puede “la otra Emilia” (la negativa) no
interferir en mi parte positiva? Esta dualidad provoca que mis esquemas
personales se vayan tambaleando, de una manera automática e involuntaria.
Cuando intento poner solución y no lo consigo aparece el efecto boomerang
negativo hacia mí misma: no me siento sexy, ni deseada, me cuesta mirarme el espejo y me desconecto a nivel sexual
(esto influye en mis relaciones de pareja y afectivas).
Me niego a asumir otra derrota, quiero ser y sentirme
libre. Quiero dejar de sentirme encerrada en mi propia cárcel: mi cuerpo. Y esto
empieza por sentirme realmente dueña de mis propias decisiones, ser consciente
totalmente y ser consecuente con ellas. Los
psicólogos de Tu Espacio psicológico me ayudan a ser constante y mantener este
compromiso, tan necesario para el cambio… para reinventarme.
Todo en esta vida tiene un principio y un final. A veces
no podemos escoger ni una opción ni la otra. No elegí el principio de mi
aumento progresivo de peso. Pero hoy, yo Emilia, he decidido libremente poner
punto y final a mi obesidad.
TODO EN ESTA VIDA TIENE UN PRINCIPIO Y UN FINAL. ENTRE ESE PARÉNTESIS SOY LIBRE PARA ELEGIR.
Emilia G."
Este testimonio también lo puedes encontrar en audio en nuestra página web www.tuespaciopsicologico.com, en el apartado de Testimonios. Allí podrás encontrar más opiniones de pacientes que han hecho otras terapias. Si quieres leer la experiencia de los pacientes que están siguiendo nuestro Programa psicológico del peso, entra en apartado Servicios del Programa psicológico del peso.