Mostrando entradas con la etiqueta conducta adictiva. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta conducta adictiva. Mostrar todas las entradas

viernes, 28 de agosto de 2015

REINVENTARME. Un testimonio de superación personal con el peso.

Desde Tu Espacio Psicológico queremos agradecer a Emilia G., una de nuestras pacientes, por querer compartir abiertamente su historia personal. Deseamos que su valoración ayude a todas las personas que tienen una lucha diaria con su peso, que quieren sentirse mejor y quieren cambiar su relación con la comida para siempre. Gracias de corazón, Emilia.


REINVENTARME es un testimonio de superación personal con el peso.



"Soy Emilia, diplomada en enfermería. Tengo 35 años, estoy casada y tengo dos hijos.

Quiero compartir una vivencia con vosotros, el principio de una historia que no es de los otros, ni de ninguna de las personas que conozco. Os hablaré en primera persona, porque esta realidad me pertenece: es la mía.

También soy una mujer que hace pocos meses pesaba 120 Kg y mido 175 cm. Esto me sitúa en una obesidad Tipo II, según el Índice de Masa Corporal (IMC) que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así que si llegara a ganar unos pocos kilos más y estuviéramos jugando al juego de la oca, podría avanzar hasta la casilla del juego que más peso tiene: la de la Obesidad Mórbida o Tipo III.

Fin del juego, si el premio fuera sumar más kilos.

Habría ganado este ficticio juego de la oca y el falso premio de aumentar mi peso, porque lo que sigue a esta casilla es muy arriesgado. Definitivamente, podría resultar una difícil vuelta atrás para conseguir mis objetivos actuales y reales:
a) incorporar en mi día a día hábitos de ejercicio (no estoy hablando de ir al gimnasio, sino de trasladarme de un lugar a otro utilizando más mi cuerpo y no tanto el coche o el transporte público; subir y bajar escaleras, en lugar de coger casi siempre el ascensor…).
b) establecer una relación nueva, diferente y más positiva con la comida para el resto de mi vida.
c) llegar a pesar 88 Kg. Me gusta este número, tiene curvas, como yo.

Muchas veces me he preguntado cómo he podido llegar hasta aquí. Y la respuesta ahora es: Sí, sí que sé qué actitudes, qué aptitudes, qué momentos, qué conductas, qué relaciones y qué pasos han permitido que mi resultado sea llegar a pesar lo que peso.
Ahora he decidido reinventarme y esto significa haber llegado al convencimiento absoluto de mi incapacidad para realizar un cambio por mí misma.

He pedido, de nuevo, apoyo y ayuda a mi pareja.

He buscado necesariamente ayuda profesional.

Después de un sondeo en diferentes centros, he hallado en Tu Espacio Psicológico a los profesionales que necesito. Miguel García y Mónica Ruiz son mis psicólogos, mis acompañantes, mis organizadores, mis coachers y mi equipo. Son mi mejor elección porque estoy viendo resultados positivos en mí al orientarme en cómo organizar y planificar mi comida, mi forma de comer y gestionar de otro modo las emociones ligadas a la falsa satisfacción y premio inmediato que buscaba en algunos alimentos.

PARA PODER REINVENTARME, HE TENIDO QUE LLEGAR AL CONVENCIMIENTO DE LA INCAPACIDAD DE REALIZAR UN CAMBIO POR MÍ MISMA.

He intentado muchas veces perder peso o no ganarlo y también he tenido ayuda por parte de mi entorno, pero ahora es cuando me siento parte de un equipo ganador donde nuestro objetivo (el mío y el de los psicólogos) es reaprender a comer, no sólo perder peso o hacer una dieta.

Hablando de dietas… yo empecé a ocuparme de mi exceso de peso a los 10 años, con una doctora. Luego, a los 15 años, hice acupuntura. En varias ocasiones y en distintos años la dieta del huevo y varias dietas hipocalóricas. A los 20 años volví a la acupuntura acompañada de dieta vegetariana. Entre los 30 y 32 años fui al endocrino. A los 33 años a una nutricionista que también me vendía productos naturales carísimos. Finalmente, el año pasado, hice la dieta de los puntos. Con todas estas dietas he perdido peso y luego lo he vuelto a recuperar, junto con unos kilos de más. El efecto rebote existe, soy el ejemplo viviente.

También quiero compartir y explicaros mi valoración personal, mi historia para que quién me lea se anime a marcar su objetivo personal con el peso, a permitirse sentirse mejor y a dejarse acompañar. En Tu EspacioPsicológico me están ayudando de forma distinta, no es saber qué comer (la tabla de alimentación equilibrada la conocemos perfectamente todas las personas que hemos querido perder peso) sino cambiar mi relación con la comida para siempre.

Os voy a explicar algunas pinceladas de mi pasado y de mi presente…


EL PASADO
Lo positivo: A pesar de haber tenido siempre sobrepeso y obesidad he podido desarrollar habilidades sociales, reafirmar mi personalidad y ser asertiva.
Lo negativo:
- He soportado y llorado insultos, complejos, bullying escolar (“eres una gorda”, “bola de cebo”…),
- La cultura familiar potenciaba el comer en exceso (“mejor que sobre”, “acábate todo lo del plato”…),
- Me han acompañado dificultades de relación y apoyo familiar, relaciones destructivas amorosas, dificultades laborales (“qué dirán si soy gorda, seguro me tengo que hacer valer el doble que esa compañera que parece una modelo”…), ansiedad, inseguridades, relación de desconfianza con los otros,
-  Ha sido una lucha constante conmigo misma y con mi sensación de soledad.

Lo positivo:
Utilizo mis habilidades sociales,
Me gusta relacionarme con otras personas,
Sigo reafirmando mi personalidad y asertividad.
Tengo apoyo, amor y cariño de mi pareja. Quiero que mis hijos tengan una adecuada educación alimentaria y no repitan mi problema.
También educo a mis hijos en otras cosas: valores, toma de decisiones, autonomía, estudios…
Lo negativo:
Voy a intentar ir superando mi sensación de descontrol.
Lucha constante conmigo misma.
Sensación de soledad.
Inseguridades.
Me acompaña la disociación, la separación de mi persona en dos: la positiva y la negativa
- ¿Cómo puede “la otra Emilia” (la negativa) no interferir en mi parte positiva? Esta dualidad provoca que mis esquemas personales se vayan tambaleando, de una manera automática e involuntaria. Cuando intento poner solución y no lo consigo aparece el efecto boomerang negativo hacia mí misma: no me siento sexy, ni deseada, me cuesta mirarme el espejo y me desconecto a nivel sexual (esto influye en mis relaciones de pareja y afectivas).

Me niego a asumir otra derrota, quiero ser y sentirme libre. Quiero dejar de sentirme encerrada en mi propia cárcel: mi cuerpo. Y esto empieza por sentirme realmente dueña de mis propias decisiones, ser consciente totalmente y ser consecuente con ellas. Los psicólogos de Tu Espacio psicológico me ayudan a ser constante y mantener este compromiso, tan necesario para el cambio… para reinventarme.

Todo en esta vida tiene un principio y un final. A veces no podemos escoger ni una opción ni la otra. No elegí el principio de mi aumento progresivo de peso. Pero hoy, yo Emilia, he decidido libremente poner punto y final a mi obesidad.

TODO EN ESTA VIDA TIENE UN PRINCIPIO Y UN FINAL. ENTRE ESE PARÉNTESIS SOY LIBRE PARA ELEGIR.
Emilia G."


Este testimonio también lo puedes encontrar en audio en nuestra página web www.tuespaciopsicologico.com, en el apartado de Testimonios. Allí podrás encontrar más opiniones de pacientes que han hecho otras terapias. Si quieres leer la experiencia de los pacientes que están siguiendo nuestro Programa psicológico del peso, entra en apartado Servicios del Programa psicológico del peso.





miércoles, 6 de mayo de 2015

NACIMIENTOS Y NUEVOS HORIZONTES

Me llamo Mónica, soy madre de 3 hijos y psicóloga.
En mi caso, mi persona y mi profesión van de la mano. Así que quiero darme a conocer tanto a nivel personal como profesional. Porque, como ya he dicho, para mí una cosa no tiene sentido sin la otra.

En poco tiempo han llegado a mi dos nacimientos y dos nuevos horizontes:

- En marzo de 2015 he alcanzado un nuevo horizonte profesional (ya iniciado en 2012) en la empresa familiar Tu Espacio Psicológico. Un lugar donde hallaréis a dos psicólogos, Miguel García Márquez y yo misma. Somos especialistas en acompañamiento emocional, terapia familiar, conductas adictivas y coaching.



- El 13 de mayo de 2015 hará 9 meses que nació mi tercera hija, Ona. Y otra etapa vivida, el fin de nuestro embarazo extrauterino.

He iniciado un nuevo camino vital, he dejado una distribución del tiempo acelerada y una rutina laboral atrás. Estoy tomando lo que la Vida me sigue dando de la mejor manera, elegido o no por mí.
La forma de relacionarme con mis hijos está siendo muy distinta a la que creía “la mejor” hace 11 años atrás. Las madres y los padres siempre creemos que elegimos lo mejor para nuestros hijos e hijas, pero es cuando el tiempo pasa y miramos retrospectivamente cuando podemos ver (si queremos) si nuestras elecciones han sido las más acertadas o no.

Ahora he descubierto que la crianza natural, respetuosa y con apego es la mejor elección para nosotros; para toda nuestra familia de 5 miembros. No me está resultando un camino fácil, pero me compensa en muchos momentos. Sin duda alguna, cuando miro a mi bebé crecer feliz, sin lloros innecesarios, sin estrés y sin soledad.
Por ello, me encuentro creando un blog y compartiendo parte de mis pensamientos y vivencias en este mundo virtual.

Creo que si mi relato te llega, es porque tiene que ser así, porque seguro que puede ayudarte, empoderarte o cuestionarte y, sobretodo, porque siento la necesidad de hacerlo y porque también me ayuda a mí misma.

La historia del parto de mi tercera hija, el nacimiento de Ona, la escribí cuando ella tenía un mes y medio. He decidido mantenerla ahora tal y como me surgió entonces...


EL NACIMIENTO DE ONA 13/08/2014
  

Mis miedos, inseguridades y dudas me condujeron a hacerme la pregunta ¿POR QUÉ NO PARIR EN CASA?
A mi tercera hija Ona, decidí parirla en casa.
Esta decisión actual se remonta a 10 años atrás, cuando nació mi primer hijo. Fue un parto hospitalario, medicalizado y sin “final feliz”; ya que sufrimos 32 horas de acciones y decisiones que acabaron en cesárea y puerperio difícil.
Con este “San Benito” ya colgado, el de cesárea previa, se cerraron las puertas en cualquier hospital para llevar a cabo un parto natural con mi segunda hija. Pero la decisión de vivir un parto en casa no estaba madura y optamos por un parto hospitalario. Nuevamente inducido (volvía a superar la semana 41 de embarazo), pero con un final mejor: parto vaginal y puerperio feliz.

La experiencia de mis partos anteriores me llevó, en la actualidad, a ser consciente de la seguridad más firme y absoluta:
- NO QUIERO PARIR EN UN HOSPITAL.
- NO QUIERO QUE PONGAN FECHA Y TIEMPO A MI EMBARAZO Y PARTO.
- PUEDO PARIR SIN ANESTESIA (EPIDURAL).
- NECESITO SENTIR EL DOLOR DURANTE EL TRABAJO DE PARTO.
- QUIERO ESTAR EN CONEXIÓN ABSOLUTA Y PLENA CON MI BEBÉ…
…por tanto, esta vez ¡VOY A PARIR EN CASA!


Y así, el 13 de agosto de este año, nació mi 3ª hija Ona en casa (y utilizando las palabras de mis comadronas de referencia  –Laia Casadevall y Lucía Alcaraz - del equipo de Néixer a Casa) “…en el agua. Un parto suave hasta que su madre ha notado un "cloc" y nos ha avisado de que algo se encajaba dentro de ella. En pocos minutos y tres pujos después (y yo añado, muy sonoros y operísticos) su preciosa bebe de 3860gr nacía. Sus dos hermanitos, el primero nacido por cesárea y la segunda por parto medicalizado han presenciado este hermoso momento. ¡Felicidades familia! …”
    
              

También quiero compartir con vosotros y vosotras parte de la vivencia de mi pareja y de mis hijos:

MIGUEL  email del primer día de trabajo de Miguel:
 “Vuelta al trabajo.
Hola Mónica. He llegado antes al trabajo y quería deciros a ti y a los niños que las vacaciones me han gustado mucho, han sido excepcionales porque ha nacido el tercer tesoro de la casa, También decirle a Lua e Ian que estoy muy orgulloso de ellos por lo superbién que se han portado y, sobretodo, teniendo en cuenta tantos días que hemos tenido que estar en casa por Onita. Os quiero picotazo, niños. Y a ti, Mónica, te digo que eres una campeona como madre con Ona; ya que le estás dando exactamente lo que necesita. Felicidades por lo bien que lo hiciste en el parto y felicidades por lo bien que has tratado a los niños estas 3 semanas.
Os deseo un buen día de familia, aprovecharlo hoy y las próximas dos semanas. Sois fantásticos y me convertís en un hombre rico en amor y felicidad, que es lo que siempre he buscado en la vida. Gracias a los 3, bueno y a Ona por nacer sana y vivir en nuestra familia”. 
Y yo decirte, Miguel, que me has ofrecido lo que necesitaba en todo este proceso y que estás respondiendo como el buen padre que eres y amorosa pareja paciente (sobre todo ante las demandas permanentes de Ona, nuestro animalillo). Gracias por querer estar. Te queremos muchísimo.

MIS HIJOS:
Estuvieron presentes durante todo el proceso, eligiendo libremente qué hacer y por dónde moverse. Les he preguntado ¿qué os pareció ver nacer a Ona?
IAN (10 años): “Muy chuli. Ha sido una experiencia divertida porque pude ver nacer a mi hermanita y esto no lo pude hacer con mi otra hermana. Lo que más me gustó fue ver salir a Ona de la vulva de la mama”.
LUA (7 años): “Super bien. Porque ya tengo una hermanita nueva y es muy dulce. Lo que más me gustó fue ver a mi hermanita salir y poder cortar el cordón (cordón umbilical)”.

Que Ona haya podido nacer en casa ha sido una decisión y experiencia única, natural y antiestrés. Creo que la forma de nacer de Ona ha sido uno de los mejores regalos que nos hemos hecho como padre y madre y a nuestros hijos Ian, Lua y Ona.
Posiblemente, yo no vuelva a tener otro bebé pero sí que he iniciado en nuestra familia un modo de crianza y apego que ya ha germinado hacia un nuevo estado de conciencia en todos nosotros.

Nacer en casa es un opción que debería formar parte de la norma sociosanitaria y no de la excepción; ya que la VIDA tiene sus propios planes, decidamos dar a luz a nuestros hijos e hijas en un hospital o en el hogar.

GRACIAS a la VIDA y GRACIAS a Miguel, Ian, Lua, Ona, Laia, Luci, Roser, Inma, María, Raquel y familias con las que he compartido los talleres durante mi embarazo y encuentros posteriores al parto.


Mónica Ruiz Romero

Barcelona, 29 de septiembre de 2014