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lunes, 14 de septiembre de 2015

10 COSAS QUE NOS AYUDAN A PERDER PESO

Si ya las conoces, las recordaremos.

Si no las conoces, pues ¡aprovecha el descubrimiento!



  1. No saltarse comidas. Si acumulamos hambre el cerebro se activa para buscar alimentos altamente calóricos.                                                                                                        
                                                                                                                     
  2. Reducir el tamaño del plato. Si cambias el plato de 30 cm de diámetro a 25 cm se reducirá un 22% la cantidad de comida que ingieres.                                                                   
  3. Hacer cambios en la dieta. Sustituir alimentos de la dieta cotidiana por otras muy parecidas, pero más saludables o sencillas. Ejemplos: un café solo equivale a 10 Kcal, un capuchino equivale a casi 100 Kcal. Una ensalada de pollo equivale a unas 250 Kcal, una ensalada de mozzarella a unas 450 Kcal. Una pizza de masa fina con jamón y queso son unas 850 Kcal, una pizza de masa gruesa con peperoni son unas 1400 Kcal.                                                                                                                                   
  4. Ser conscientes de lo que realmente ingerimos. Reconocemos haber comido más o menos un 50% de lo que realmente se ha comido. Es come más de lo que necesitamos, sin darnos cuenta.                                                                                                                                                                                                                                                                                                              DISTRIBUCIÓN DEL PLATO
                                                                                                                                                                                                                                                                               
  5. Comer proteínas. La proteína llena durante más tiempo el estómago, por tanto, da señal de saciedad durante más tiempo. Alimentos que aportan proteína: carne magra, huevo (sobretodo la clara), marisco y pescado blanco o azul.                                                    
  6. La variedad de alimentos despierta los instintos de comer. Los bufetes libres son un peligro, ya que hay mucha diversidad de alimentos que incitan a que comamos demasiado, más de lo que necesitamos.                                                                                     
  7. Comer alimentos en forma de puré o sopa espesa. La textura que tienen hace que estén más rato en el estómago sin pasar por los intestinos y esto produce mayor sensación de estar llenos, postergamos la sensación de saciedad.                                  
  8. Los lácticos desnatados ayudan a eliminar más grasa a través de las heces.                              
  9. El ejercicio contribuye a perder peso de muchas maneras distintas. El metabolismo sigue activado hasta 24 horas después de realizar ejercicio y los pequeños cambios de hábitos cotidianos contribuyen a aumentar el gasto diario.                                                                                                                                                                                  
                                                                                                                            
  10. La sensación de hambre no desaparece nunca, pero podemos aprender a controlarla a través de la constancia y la paciencia. Constancia con las 5 comidas diarias para evitar los picos de hambre y paciencia para realizar una pérdida de peso adecuada y conseguir un mantenimiento a largo plazo de manera correcta, equilibrada y saludable.








 Mónica Ruiz Romero
Col.16209

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jueves, 3 de septiembre de 2015

ACABA EL VERANO ¿CUÁNTO PESO? por Miguel García



Agosto es uno de los dos meses más complicado del año desde el punto de vista DEL PESO. ¿Qué motivos nos impulsan a ganar peso en verano?

- "Las vacaciones del verano" (de 151 millones de viajes realizados por los españoles en el año 2014, alrededor del 13% se realizan en verano. De todos los viajes del verano más de la mitad se llevan a cabo en agosto. Ver tabla 1)
- Consumos de alimentos típicos del verano (helados, aumento de bebidas frías con gas o alcohol en terrazas así como vermouts)
- Más salidas a restaurantes (aumento de comida rápida, pizzerías, bufete libre)
- Comidas y cenas rápidas de hacer normalmente asociada al descenso de la calidad de la comida (más carbohidratos, pizzas o bocadillos)
- Si tienes hijos, los 3 meses de vacaciones que ofrece nuestro sistema educativo que desemboca en falta de tiempo para cocinar y elaborar las comidas.
- Cambio en las horas de sueño.
- Otros motivos personales.


Tabla 1. Datos extraídos del Familitur del año 2014, la encuesta de movimientos turísticos de los españoles, realizada por la Subdirección General de Conocimiento y Estudios Turísticos perteneciente al Ministerio de Industria Energía y Turismo y que recoge los datos relativos a los viajes que realizan los residentes en Espahña.



151 millones de viajes
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92%  destino: España
8%  destino: extranjero

13,1% Vacaciones de verano
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53,9% agosto
23,9% julio
16,2% septiembre



De todos motivos están quizás el cambio en las horas de sueño es el mayor responsable de que aumentemos peso en verano. Según el Comité Español de Acreditación de Medicina del Sueño (CEAMS)los españoles duermen de media una hora menos que el resto de ciudadanos europeos”  
¿Por qué dormiremos menos que nuestros socios de la unión?

1) ¡Razones históricas pero hoy ridículas!
En 1940, en plena segunda guerra mundial, Franco decide adelantar la hora oficial de España, por cuestiones políticas, al huso horario alemán. Antes de 1940, por su posición geográfica, nuestro país se regía por el huso horario del meridiano de Greenwich, 60 minutos menos que el actual (como Londres o Lisboa). La hora oficial de España lleva, de forma incomprensible, 72 años adelantada. Nunca se ha vuelto al horario correcto, y ello ha motivado incluso que algunas organizaciones pidan volver al horario Greenwich con el objetivo de compaginar mejor el trabajo con la familia, y de paso dormir más. En invierno, España ya va una hora por delante de su tiempo solar; y en verano, al adelantarse, dos. El hecho de que sea la misma hora en Madrid que en Berlín, Estocolmo o Budapest marca drásticamente la hora de irnos a dormir. Sobre todo en el horario de verano donde nos encontramos con que en algunas zonas de España, como Galicia, anochece del todo a las 22:00h mientras que en Berlín lo hace sobre las 20:00 horas.


Los seres humanos tenemos un reloj biológico que nos indica cuando dormir y cuando despertarnos. Este reloj interno se sincroniza con el ambiente: cuando hay luz (sol) nos despierta/activa y cuando llega la noche (ausencia de luz) nos empieza a relajar para dormir. El reloj interno de los humanos no tiene sincronía con el huso horario de España. Así cuando en Galicia anochece a las 22:00 horas, el huso horario debería marcar las 20:00 y de este modo nos iríamos a dormir antes. Y para el colmo dormimos menos porque además:



2) Los españoles madrugamos lo mismo que en el resto de los países europeos, pero nos vamos a dormir más tarde. Esto se refleja incluso en el horario del prime-time en la televisión: los programas estrella de las cadenas de televisión empiezan cada vez más tarde, de manera que es casi imposible acabar de ver una película o nuestro programa favorito antes de medianoche, cuando en el resto de países europeos hace un buen rato que descansan.

3) Los horarios de trabajo más habituales en España. Para un inglés, por ejemplo, lo más usual es trabajar nine-to-five. Se entra cerca de las nueve y se está en casa para el té de las cinco. Mientras, la jornada laboral de la mayoría de españoles suele ser la famosa jornada partida. Empezamos a la misma hora, pero al alargar la pausa para comer hasta dos horas, se hace difícil salir de la oficina antes de las siete o las ocho de la tarde.

Resumiendo, tengamos vacaciones o no, en verano nos vamos a dormir más tarde, si o si.

Y, ¿qué tiene que ver todo esto con el peso?
Pues mucho ya que la hora de irse a dormir y levantarse influye en el peso.


Analizamos 3 maneras de pasar el verano



NO TENGO VACACIONES...
... pero como anochece más tarde me voy a dormir más tarde. Así desde que ceno hasta que me voy a dormir pico algo ya que pasan muchas horas y se activa el hambre. Esto provoca que al levantarme no tenga hambre y pase la mañana sin apenas comer. A consecuencia de esto llego a la comida con mucha hambre y aumento la cantidad de ingesta (como más). Este es un buen motivo para no merendar (porque no tengo hambre) y así en la cena vuelvo a comer más y normalmente peor (cojo lo primero que pillo porque tengo mucha hambre) Las cenas copiosas provocan irnos a la cama más tarde, dormir menos y peor, además de no tener hambre a la mañana siguiente. 

Este proceso día a día hace que vallamos desconectándonos de nuestra sensación de hambre y saciedad, aumentando las cantidades en las comidas y disminuyendo la calidad de las ingestas. Por otro lado psicológicamente para evitar sentirnos mal nos evadimos del presente y aparecen pensamientos recurrentes del tipo “en septiembre ya bajaré esos kilos que estoy ganando” que justifican nuestras acciones.


ESTOY DE VIAJE...
... y altero mis horarios de las comidas. Como tarde porque he realizado una larga visita (he de aprovechar el viaje) o he ido a la playa (no precisamente a primera hora de la mañana). Si como a las 15h o 16h pues no tiene sentido merendar y ceno tarde, fácilmente 5 o 6 horas más tarde, cuando tengo “el hambre voraz” activada. Ceno rápido y mucho, y a veces toma una o dos copas de alcohol. Esto y el hecho de estar de vacaciones provoca irse a dormir cada día un poco más tarde y por ende levantarse más tarde, habiendo casos donde la comida llega a ser la primera ingesta del día. 
Todo esto provoca la desregulación del hambre y los pensamientos del tipo “estoy de vacaciones y me lo merezco” dan una falsa sensación de bienestar.



ESTOY DE VACACIONES EN EL PUEBLO y modifico mis ritmos en las horas de las comidas y en el número de ingestas diarias, de nuevo por el cambio de horarios. Pero “en el pueblo” aparece otro peligroso factor: se asocia el hambre a las emociones agradables. La calidad y el tipo de comidas (mucha carne/pescado y patata frente a poco verde, cenas fuertes, alta frecuencia de carne magra..) suele estar muy ligada a los recuerdos agradables de la infancia y a nuestro sistema de creencias centrales inculcado por nuestro entorno más próximos desde que éramos pequeños (“hay que acabarse el plato”, te ofrezco mucha comida porque te quiero mucho por tanto como mucho como agradecimiento) 
Así la/s semana/s en el pueblo provocan en nuestro inconsciente que nos olvidemos de nuestros hábitos para volver a los hábitos de cuando éramos niños.



TODO TIENE UN PRECIO.
Cuando compramos algo lo pagamos 

1. Al momento (pago a la vista) 
2. En diferido (a 30 / 60 días, o en años)
En el verano solemos comprar la DESCONEXIÓN ENTRE NUESTRA MENTE Y CUERPO para podernos relajar y disfrutar de lo que nos hemos ganado todo el año. Eso incluye no atender a nuestra sensación de hambre y saciedad



La factura de las vacaciones se paga a 30 / 60 días, es decir a partir del septiembre. 
El desglose de la factura:
Aumento de peso
Descenso de la autoestima
Descontrol alimentario
Bajo estado de ánimo
Culpa
Y ahora, 
¿Qué puedes hacer? 
PUES MUCHAS COSAS Y MUY BUENAS PARA TI

La semana que viene, en el siguiente post “Septiembre. La mejor dieta postvacacional  te ofrezco algunas claves para poder manejar esta situación de un modo "psicológicamente saludable"





Además te invito a que asistas 
al próximo taller psicológico sobre alimentación:



Este taller es gratuito y se realizará la segunda quincena de septiembre en la ciudad de Barcelona. 

Puedes ver este tallerinscribirte al taller en nuestra web, o inscribirte envíanos un email aquí



Si necesitas orientación, ayuda con tu peso y sobretodo si quieres cambiar tu relación con la comida visita nuestra web www.tuespaciopsicologico.com donde te presentamos nuestro EFECTIVO programa psicológico del peso y los testimonios de una serie de personas que han realizado nuestro programa. 

Solicita tu primera visita: es gratuita donde valoramos el exceso de peso así como el peso que quieres perder. Desde la más absoluta honestidad te asesoramos e informamos sobre las opciones disponibles en el mercado y si nuestro programa se ajusta a tus expectativas. También te explicamos detalladamente el funcionamiento de nuestro programa psicológico del peso y resolvemos todas tus consultas.


Miguel García
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Psicólogo Colegiado y Coaching, especialista en Alimentación, Mindfulness,
Acompañamiento Emocional, Terapia cognitiva-conductual.
Cofundador de Tu espacio psicológico



viernes, 28 de agosto de 2015

REINVENTARME. Un testimonio de superación personal con el peso.

Desde Tu Espacio Psicológico queremos agradecer a Emilia G., una de nuestras pacientes, por querer compartir abiertamente su historia personal. Deseamos que su valoración ayude a todas las personas que tienen una lucha diaria con su peso, que quieren sentirse mejor y quieren cambiar su relación con la comida para siempre. Gracias de corazón, Emilia.


REINVENTARME es un testimonio de superación personal con el peso.



"Soy Emilia, diplomada en enfermería. Tengo 35 años, estoy casada y tengo dos hijos.

Quiero compartir una vivencia con vosotros, el principio de una historia que no es de los otros, ni de ninguna de las personas que conozco. Os hablaré en primera persona, porque esta realidad me pertenece: es la mía.

También soy una mujer que hace pocos meses pesaba 120 Kg y mido 175 cm. Esto me sitúa en una obesidad Tipo II, según el Índice de Masa Corporal (IMC) que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así que si llegara a ganar unos pocos kilos más y estuviéramos jugando al juego de la oca, podría avanzar hasta la casilla del juego que más peso tiene: la de la Obesidad Mórbida o Tipo III.

Fin del juego, si el premio fuera sumar más kilos.

Habría ganado este ficticio juego de la oca y el falso premio de aumentar mi peso, porque lo que sigue a esta casilla es muy arriesgado. Definitivamente, podría resultar una difícil vuelta atrás para conseguir mis objetivos actuales y reales:
a) incorporar en mi día a día hábitos de ejercicio (no estoy hablando de ir al gimnasio, sino de trasladarme de un lugar a otro utilizando más mi cuerpo y no tanto el coche o el transporte público; subir y bajar escaleras, en lugar de coger casi siempre el ascensor…).
b) establecer una relación nueva, diferente y más positiva con la comida para el resto de mi vida.
c) llegar a pesar 88 Kg. Me gusta este número, tiene curvas, como yo.

Muchas veces me he preguntado cómo he podido llegar hasta aquí. Y la respuesta ahora es: Sí, sí que sé qué actitudes, qué aptitudes, qué momentos, qué conductas, qué relaciones y qué pasos han permitido que mi resultado sea llegar a pesar lo que peso.
Ahora he decidido reinventarme y esto significa haber llegado al convencimiento absoluto de mi incapacidad para realizar un cambio por mí misma.

He pedido, de nuevo, apoyo y ayuda a mi pareja.

He buscado necesariamente ayuda profesional.

Después de un sondeo en diferentes centros, he hallado en Tu Espacio Psicológico a los profesionales que necesito. Miguel García y Mónica Ruiz son mis psicólogos, mis acompañantes, mis organizadores, mis coachers y mi equipo. Son mi mejor elección porque estoy viendo resultados positivos en mí al orientarme en cómo organizar y planificar mi comida, mi forma de comer y gestionar de otro modo las emociones ligadas a la falsa satisfacción y premio inmediato que buscaba en algunos alimentos.

PARA PODER REINVENTARME, HE TENIDO QUE LLEGAR AL CONVENCIMIENTO DE LA INCAPACIDAD DE REALIZAR UN CAMBIO POR MÍ MISMA.

He intentado muchas veces perder peso o no ganarlo y también he tenido ayuda por parte de mi entorno, pero ahora es cuando me siento parte de un equipo ganador donde nuestro objetivo (el mío y el de los psicólogos) es reaprender a comer, no sólo perder peso o hacer una dieta.

Hablando de dietas… yo empecé a ocuparme de mi exceso de peso a los 10 años, con una doctora. Luego, a los 15 años, hice acupuntura. En varias ocasiones y en distintos años la dieta del huevo y varias dietas hipocalóricas. A los 20 años volví a la acupuntura acompañada de dieta vegetariana. Entre los 30 y 32 años fui al endocrino. A los 33 años a una nutricionista que también me vendía productos naturales carísimos. Finalmente, el año pasado, hice la dieta de los puntos. Con todas estas dietas he perdido peso y luego lo he vuelto a recuperar, junto con unos kilos de más. El efecto rebote existe, soy el ejemplo viviente.

También quiero compartir y explicaros mi valoración personal, mi historia para que quién me lea se anime a marcar su objetivo personal con el peso, a permitirse sentirse mejor y a dejarse acompañar. En Tu EspacioPsicológico me están ayudando de forma distinta, no es saber qué comer (la tabla de alimentación equilibrada la conocemos perfectamente todas las personas que hemos querido perder peso) sino cambiar mi relación con la comida para siempre.

Os voy a explicar algunas pinceladas de mi pasado y de mi presente…


EL PASADO
Lo positivo: A pesar de haber tenido siempre sobrepeso y obesidad he podido desarrollar habilidades sociales, reafirmar mi personalidad y ser asertiva.
Lo negativo:
- He soportado y llorado insultos, complejos, bullying escolar (“eres una gorda”, “bola de cebo”…),
- La cultura familiar potenciaba el comer en exceso (“mejor que sobre”, “acábate todo lo del plato”…),
- Me han acompañado dificultades de relación y apoyo familiar, relaciones destructivas amorosas, dificultades laborales (“qué dirán si soy gorda, seguro me tengo que hacer valer el doble que esa compañera que parece una modelo”…), ansiedad, inseguridades, relación de desconfianza con los otros,
-  Ha sido una lucha constante conmigo misma y con mi sensación de soledad.

Lo positivo:
Utilizo mis habilidades sociales,
Me gusta relacionarme con otras personas,
Sigo reafirmando mi personalidad y asertividad.
Tengo apoyo, amor y cariño de mi pareja. Quiero que mis hijos tengan una adecuada educación alimentaria y no repitan mi problema.
También educo a mis hijos en otras cosas: valores, toma de decisiones, autonomía, estudios…
Lo negativo:
Voy a intentar ir superando mi sensación de descontrol.
Lucha constante conmigo misma.
Sensación de soledad.
Inseguridades.
Me acompaña la disociación, la separación de mi persona en dos: la positiva y la negativa
- ¿Cómo puede “la otra Emilia” (la negativa) no interferir en mi parte positiva? Esta dualidad provoca que mis esquemas personales se vayan tambaleando, de una manera automática e involuntaria. Cuando intento poner solución y no lo consigo aparece el efecto boomerang negativo hacia mí misma: no me siento sexy, ni deseada, me cuesta mirarme el espejo y me desconecto a nivel sexual (esto influye en mis relaciones de pareja y afectivas).

Me niego a asumir otra derrota, quiero ser y sentirme libre. Quiero dejar de sentirme encerrada en mi propia cárcel: mi cuerpo. Y esto empieza por sentirme realmente dueña de mis propias decisiones, ser consciente totalmente y ser consecuente con ellas. Los psicólogos de Tu Espacio psicológico me ayudan a ser constante y mantener este compromiso, tan necesario para el cambio… para reinventarme.

Todo en esta vida tiene un principio y un final. A veces no podemos escoger ni una opción ni la otra. No elegí el principio de mi aumento progresivo de peso. Pero hoy, yo Emilia, he decidido libremente poner punto y final a mi obesidad.

TODO EN ESTA VIDA TIENE UN PRINCIPIO Y UN FINAL. ENTRE ESE PARÉNTESIS SOY LIBRE PARA ELEGIR.
Emilia G."


Este testimonio también lo puedes encontrar en audio en nuestra página web www.tuespaciopsicologico.com, en el apartado de Testimonios. Allí podrás encontrar más opiniones de pacientes que han hecho otras terapias. Si quieres leer la experiencia de los pacientes que están siguiendo nuestro Programa psicológico del peso, entra en apartado Servicios del Programa psicológico del peso.